CON TODO EL ORGULLO "NUESTRO YAYO"

Vista general del mazizo de los Puertos de Tortosa - Beceite

   Estaba acabando la primera mitad del pasado siglo XX, concretamente faltaban cuatro dias para que acabara el penultimo año, fué cuando nos conocimos, él seguro que se acordaria, no ocurre lo mismo conmigo, acababa de ser  alumbrado y la situación y las siempre comprometidas circunstancias  no eran favorables para mi continuidad en este planeta de mortales, el lector tiene que utilizar su empatia para suponer que aun tardaré unos cuantos folios en poder echar mano de mis propios recuerdos en primera persona, en estos, utilizo la información recibida, la indagada y la preguntada, algunas veces contrastada y en otras no he tenido otra alternativa que cerrar los ojos y optar por ejercer un verdadero acto de fé, es lo que hay.

   Es mi deseo escribir estas lineas, para cumplir con una obligación moral que me impuse hace años, por la memoria historica con el personaje D.FRANCISCO SANCHEZ LOPEZ, coloquialmente “PAQUILLO”, nuestro estimado y recordado “YAYO”, aunque me consta que para él fui el hijo que no consiguió engendrar en su matrimonio, fueron seis hijas y la diferencia de edad entre la última de ellas y la mia, son  nueve años.

   Según las informaciones que alguien me transmitió, el dia que fui alumbrado y como decia anteriormente, todas las circunstancias  eran adversas para mi permanencia entre los vivos, a pesar de la inmensa alegria que le produjo mi aparición en escena, desapareció durante unas horas, según las explicaciones, para ir junto al rio Ebro y llorar meditando, seguramente con la alegria y la posible fustración en el caso de mi fatal desaparición, me consta también que era creyente y es por ese motivo que tampoco descarto la posibilidad de que hiciese una petición divina pidiendo la solución y amparo para  mis carencias por ser alumbrado antes del tiempo que me correspondia, ya que si las cuentas son ciertas, mis progenitores contrajeron su matrimonio en el mes de Junio y mi alumbramiento se produjo en Diciembre, por lo que se deduce que solo disfruté de una gestación de seis meses, en los tiempos que corrian, los medios a disposicion de un recien nacido prematuro que pudiesen paliar su fragilidad fisica eran prácticamente nulos, es de suponer que mi yayo intuiría la posibilidad de algún desenlace fatal y por dicho motivo, repito, que no seria extraño que pidiese para mí, la gracia divina de la concesión de mi continuidad en esta tierra de mortales.