sábado, 3 de noviembre de 2012

NUEVO ASCENSO y TRASLADO a TORTOSA

Locomotoras repostando agua en la estación de  TORTOSA,    década de los años treinta siglo XX 

Vista general de todo el complejo ferroviario de la estación de Tortosa


Estación de TORTOSA de los Ferrocarriles del Norte, antecesora de la conocida RENFE

PACO joven padre de familia tiene por delante todo un reto con la vida.


Curiosa instantánea del puente del ferrocarril "Pont del carril" como se le ha conocido siempre, en su primera construcción los pilares eran dobles, después de la guerra de 1936 las modificaron por causa de la voladura que sufrieron.
 
  En esta época, es lógico pensar que  PACO intentaría ascender de categoría, pienso en este extremo del todo humano, atendiendo también a las circunstancias que le rodeaban, las mismas tenían nombre y apellidos, eran las hijas que casi cada año le iban naciendo, como decía hace un momento, la primera Rosita, después vino Paquita,  murió la tercera  que le pusieron el nombre de  Antonia, seguidamente llegó Carmen, las dos últimas ya nacieron en Tortosa, fueron Mercedín y la ultima Manolita nueve años antes de mi llegada.
 
   El esperado ascenso, por fin llegó, PACO ya era Mozo de Tren, aunque la nueva responsabilidad iba acompañada del consabdo traslado, esta vez fue a la ciudad de Tortosa.
 
  Poco sospechaba él que en esta ciudad quedaría arraigado, como decía anteriormente le nacerán las dos ultimas  hijas y desarrollará su carrera profesional hasta su jubilación, conocerá a sus doce nietos, acogerá a sobrinos, familiares y amigos en su casa, en fin irá hilvanando los años de su vida, el “aterrizaje” en esta ciudad se produjo en 1.935, una año antes de que se declarara la guerra civil.
   Estaba afiliado como la mayoría de sus compañeros al Sindicato de Ferroviarios de la Unión General de Trabajadores (U.G.T.),  fue uno de los primeros afiliados,  se declara la guerra en 1936 y él como el resto de ferroviarios, es militarizado, lo cual le valió para que no fuera enviado al frente, aunque ya tenia 32 años.

  Su popularidad en el ámbito ferroviario, venia avalada por su buen carácter, afable, cumplidor con el cometido de su trabajo, haciéndose acreedor a un nuevo ascenso con el empleo de Guardafrenos.
 
  Ayudaba a todo aquel que lo necesitaba lo que estaba en su mano y dentro de sus posibilidades, “PAQUILLO el ferroviario” era el sobrenombre por el cual era más conocido, prácticamente en todos los ambientes, nosotros  también éramos los nietos de Paquillo, hasta el punto que sus hijas también eran conocidas por las “paquillas", aunque a más de una no le gustaba dicho sobrenombre cuando se referían a ellas, pero que se podía hacer, Tortosa en el fondo es un pueblo así como su idiosincrasia.
 


 
 

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